PATRIMONIO

Iglesia de San Martín de Tours. El edificio más importante de Prádena es la iglesia parroquial de San Martín de Tours, un edificio monumental levantado en el siglo XVIII gracias a las donaciones de los ricos comerciantes de lana de la localidad y gracias al impulso y tesón del párroco de aquel entonces, Don Manuel Carretero Velázquez. La primera piedra se colocó en el año 1793 y se terminó en 1797. Está construida en estilo neoclásico, y su planta es de cruz latina. Destaca por su grandiosidad y localización ya que puede ser vista desde cualquier punto de la localidad al estar sita en un pequeño cerro. Tiene una hermana gemela construida en el pueblo soriano de Oncala utilizando los mismos planos.

Dentro del templo sobresale la imagen gótica-tardía de una Piedad, fechada a finales del siglo XV, y la talla de la Virgen del Rosario, patrona de Prádena. También hay que destacar su retablo mayor, los objetos litúrgicos y de orfebrería y la colección de lienzos, donados por un clérigo natural de Prádena y que representan a ocho apóstoles.

Ermita de San Roque. La ermita de San Roque es un templo sencillo, seguramente edificado a caballo entre los siglos XVI y XVII, cuando una epidemia de peste asoló estas tierras. A finales del siglo XVII fue sede provisional de la parroquia, mientras se construía la nueva iglesia de San Martín.

San Roque es el patrón de los enfermos de peste. Su devoción está muy extendida en la comarca. Muchas son las ermitas bajo su advocación, generalmente situadas a las afueras de las poblaciones, junto a los caminos.

Sabemos que una epidemia de peste causó estragos en la zona a finales del siglo XVI. Aunque el edificio apenas tiene elementos reseñables, su construcción ha de ponerse en relación con esta época.

El templo consta de una nave única con una cabecera rectangular que es más alta y se cubre con bóveda de arista. Ambas se comunican a través de un gran arco triunfal de sillería carente de toda decoración. En el frente del presbiterio se sitúa el retablo mayor. Es de estilo barroco y organizado en tres calles, con una hornacina en cada una de las laterales y dos en la central.

A un lado del altar se encuentra la imagen de San Roque, que por las formas de representar sus vestiduras podrá ser de finales del siglo XVI. En su peana se puede leer: «Año de 1749 año, s/renobose este santo, siendo/cura el licenciado Don Manuel de Artacho». Se sebe que este párroco es el antecesor de don Manuel Carretero, quién construyó la nueva parroquia.

En el exterior se conservan unas cruces de piedra del nuevo Calvario que sustituyó al viejo, que era de madera y estaba ya podrido por el paso de los años.

Monumento a la muñeca: Un pequeño monumento en homenaje a los repobladores de las tierras de Castilla, y en el que se cuenta la leyenda de una niña que fue sorprendida y devorada por un lobo, y de la que sólo quedó la muñeca de la mano derecha.

También veremos una piedra que marcaba los distintos caminos durante la Edad Media, conocida como “Miliario”.

Parque Arqueológico. En Prádena se puede visitar también el Parque Arqueológico de la Cueva de los Enebralejos, en donde se pueden contemplar, a lo largo de 500 metros de recorrido, las pinturas rupestres grabadas en las paredes de la caverna e incluso impresiones de huellas de animales prehistóricos. Además, para los más pequeños, hay aulas, talleres y una recreación de una excavación arqueológica, todo para entender mejor este importante yacimiento de la época Calcolítica, del inicio de la Edad de los Metales.

Centro de Visitantes del Acebal de Prádena. Recién inaugurado hace las veces de oficina de turismo y punto de información, pero cuenta también con paneles interpretativos y sala de audiovisuales. Los sábados se hacen visitas guiadas gratuitas al Acebal de Prádena. (Horario es V-S-D de 10:00 a 16:00, y posibilidad de reservar visitas guiadas a grupos entre semana en Tel.: 674 146 726).

Matandrino. Se trata de una pedanía de Prádena que quedó deshabitada en los años 70, pero aún pueden apreciarse buena parte de las casas que formaron parte del casco urbano, y entre las que destacan varios caserones. Se conservan elementos de la arquitectura popular, como el uso de piedras calizas talladas en algunos vanos y dinteles, muros secos de mampostería, las cuadras situadas en las plantas bajas, o la presencia de hornos de cocción en prácticamente la totalidad de las viviendas.

El nombre del pueblo proviene de Mata de Endrino, un pequeño arbusto que crece en su entorno. Sus habitantes se dedicaban casi en exclusiva a la ganadería y al cultivo de pequeñas huertas, y vendían las cabezas de ganado que criaban en distintas ferias de la comarca.

MEDIO AMBIENTE

Parque Natural de la Sierra Norte de Guadarrama.

Camino natural de la cañada real soriana occidental.

Bosque de acebos. En este municipio se encuentra uno de los bosques de acebos más meridionales de España: el conocido como Acebal de Prádena, localizado en el Monte de Utilidad Pública nº 206 “La Dehesa” de la provincia de Segovia. Se trata de una masa arbolada de acebo (Ilex aquifolium L.) muy bien conservado y especialmente bello con la llegada del otoño y del invierno, cuando los frutos de los árboles alcanzan su rojo más intenso. Desde el Centro de Visitantes y de información turística pueden realizarse visitas guiadas. Se dice que con la madera del acebal se construyeron las ventanas del Palacio Real de Madrid. Cabe señalar que desde el año 2012 el Ayuntamiento de Prádena dispone de la Marca de Garantía Nacional “Acebo de Prádena Segovia”, para el aprovechamiento sostenible de la ramilla de acebo con fines ornamentales.

Muy cerca de allí se encuentra el área recreativa de El Bardal: una vasta extensión de praderas sombreadas por sabinas, en donde no faltan piscinas, barbacoas e incluso un chiringuito.

También dentro del término de Prádena, y muy cerca del Acebal, está la Cueva de los Enebralejos, una fascinante caverna de origen cárstico, cuajada de estalactitas y estalagmitas, y en donde se encontraron pinturas rupestres, restos humanos y ajuares funerarios de la Edad de los Metales, hacia el segundo mileno antes de Cristo. De todas las cuevas que hay en el término municipal de Prádena, ésta es la única que se puede visitar, con un recorrido de más de 500 metros de los más de 3.700 que tiene la caverna.

Ruta La Acebeda de Prádena: se trata de una ruta circular partiendo de la zona recreativa del Bardal con un recorrido de 7,1 km.

Ruta de los Puertos: es una travesía de 20,7 km. que se inicia coincidiendo con la primera parte de la Ruta de la Acebeda de Prádena y continúa su ascenso hacia el Puerto de la Acebeda. y Puerto de Peña Quemada en Arcones, descendiendo después por la pista forestal y las vías pecuarias hasta llegar a Arcones.

Hay 20 rutas de senderismo que se pueden recorrer y que están recogidas en un Guía recientemente publicada sobre la Sierra de Prádena que se puede adquirir en el Centro de Visitantes del Acebal de Prádena.

ETNOGRAFÍA

Fiestas:

El pasado y el patrimonio natural y cultural de Prádena han dejado una huella que aún perdura, en forma de fiestas y tradiciones que hoy en día se siguen celebrando.

Las Candelas. Se celebra el 2 de febrero, y los vecinos disfrutan de la velada merendando en torno a varias fogatas o “candelas”.

Carnavales. Como en todos los pueblos de la zona, los Carnavales se viven en Prádena de una forma muy intensa. Pero es quizá en este pueblo donde más han pervivido tradiciones como la de la tora (una vaquilla simulada con maderas y cuernos), que persigue a todos los que se han disfrazado. Y el martes de Carnaval por la tarde se corren “los gallos”, antiguamente se colgaban gallos de una cuerda que atravesaba la plaza, y los mozos, a lomos de caballos y burros, tenían que arrancar sus cabezas. Afortunadamente a principios del siglo XX la maestra Lorenza Panizo sustituyó los animales por cántaros y recipientes en los que se introducían golosinas, harina, monedas, o pimienta, entre otras cosas. Hoy en día, las monturas han sido sustituidas por bicicletas.

Semana Santa.

Hay celebraciones litúrgicas con procesiones el jueves santo, viernes santo y domingo de resurrección. En las procesiones del jueves y viernes santo los mozos organizados en filas cantan estrofas de gran antigüedad.

Pascua de Semana Santa, día del prado.

El domingo de resurrección y el lunes de pascua todos los vecinos de Prádena se juntan en dos prados para merendar, comer y cenar. Se hacen mesas de piedras. Los niños juegan al «hinque», palo de madera al que sacan punta y clavan en la hierba. El origen de esta fiesta era el de reivindicar, al menos por un día al año, que aquellos prados habían sido del pueblo, hasta que acabaron vendiéndose a particulares.

Ntra. Sra. del Rosario. Una de las fiestas más esperadas del año son las de Nuestra Señora del Rosario, en el primer fin de semana de octubre. El momento álgido de la fiesta es la procesión, acompañada por las típicas danzas serranas, aunque no faltan otros momentos más lúdicos como el baile, los pasacalles o las comidas populares.

San Andrés. Otra de las celebraciones que perduran en Prádena a lo largo de los años cada 30 de noviembre y  coincidiendo con la festividad de San Andrés se celebra la llamada “Cencerrada de San Andrés”  rememorando la marcha de los pastores trashumantes hacia tierras extremeñas, los más pequeños del pueblo se pasean haciendo sonar sus cencerros. La jornada acaba con una cena y una fiesta en uno de los lugares más queridos por los pradenenses: la cueva de Las Grajas.

Venta de acebo. En el puente de la Constitución de diciembre, en Prádena se celebra el Mercado del Acebal. El espectacular acebal de Prádena se explota de manera sostenible (a través de la Marca de Garantía Nacional “Acebo de Prádena Segovia”, para el aprovechamiento sostenible de la ramilla de acebo con fines ornamentales), de manera que algunos de los vecinos venden sus ramillas cargadas de frutos y elaboran centros decorativos en las fechas navideñas.

Otras fiestas celebradas son San Isidro labrador (15 de mayo), día de San Juan (24 de junio), fiestas en honor al Sagrado Corazón de Jesús (primer fin de semana de julio, con espectáculos taurinos en forma de rejones, novilladas y/o corridas de toros) y fiesta de San Martín (11 de noviembre, patrón de la localidad).

En la gastronomía de Prádena destacan los platos relacionados con el pastoreo:

  • La Caldereta: es el plato estrella de esta zona de la sierra. Se elaboraba con carne de oveja, ajo y pimentón, aunque actualmente se suele hacer de cordero.
  • Las migas de pastor: propias de las lejanas tierras de Extremadura, las trajeron al pueblo los pastores trashumantes.
  • Sopas de ajo: elaboradas con grasa, ajo, pimentón y pan, daban un aporte extra de calorías en los fríos inviernos.
  • Productos de la matanza: fáciles de conservar y transportar, eran muy útiles para la vida trashumante.
  • Cordero asado: Es típico de la región, y puede encontrarse en los asadores de la localidad, asado en horno de leña dentro de fuentes de barro cocido.