PATRIMONIO

Iglesia de Santa Marta

El caserío de Santa Marta del Cerro es el típico de un pueblo cerealista, y se abre en una buena plaza entorno al ayuntamiento, donde se conserva todavía el potro de herrar, recientemente restaurado.

Desde la plaza sale la calle que conduce hasta el principal monumento del pueblo, la iglesia de Santa Marta. Ubicada al pie de una pendiente, este templo románico, construido en el siglo XIII por los mismos maestros que trabajaron en Perorrubio, tiene una sola nave rematada por una cabecera semicircular. Posteriormente se añadieron la torre, la sacristía y al sur un pórtico cerrado, que posiblemente sustituyó a una primitiva galería porticada. Llama la atención la colección de canecillos de la cornisa, que representan a músicos, religiosos e incluso hombres y mujeres manteniendo relaciones sexuales.

En el interior destaca el arco triunfal, que es doblado y que se apoya en dos columnas con capiteles decorados en los que aparece la Huída a Egipto y animales mitológicos. La cabecera está cubierta por una bóveda de medio cañón y bóveda de horno. Son además interesantes la imagen de la Virgen de Arahuetes, procedente de una antigua ermita, la pila bautismal románica, el púlpito de piedra barroco, algunos retablos de esa misma época y una colección de piezas de plata del siglo XVI.

Se conservan el edificio de la Fragua y algunos antiguos palomares.

MEDIO AMBIENTE

El pueblo se encuentra enclavado en el Ochavo de Prádena, en un cerro desde el que se divisa buena parte del ochavo y la sierra. Junto al pueblo, transcurre el curso del río Caslilla que riega sus tierras y nos brinda la oportunidad de pasear por el bosque de ribera característico de los ríos. Contaba con tres barrios ya despoblados: Arahuetes, San Cristóbal del Enebral y Santiago de Duruelo.

Es un pueblo de tradición cerealista, por ello, en su entorno destacan los campos de cultivo y a orillas del río Caslilla el ya mencionado bosque de ribera, compuesto, por álamos, chopos, sauces, etc.

Desde el pueblo se puede contemplar una vista espectacular de buena parte de la Sierra de Guadarrama, el pico Cebollera y la zona del pico del Lobo.

Los páramos calizos del municipio de Santa Marta del Cerro producen pastos de gran calidad, los cuales históricamente han sido aprovechados por ganado ovino de la raza churra, destinado a la producción de carne de calidad de corderos lechales.

Predomina el paisaje de campiña (cereales, girasoles, etc…).

Existen varias sabinas centenarias a los bordes de los caminos de entrada al núcleo urbano.

ETNOGRAFÍA

Fiestas:

Virgen de Arahuetes

La fiesta más esperada en Santa Marta del Cerro es la que se celebra en honor de la Virgen de Arahuetes en la segunda semana de septiembre, y que cuenta con una de las procesiones más pintorescas de la Comunidad. Llegado el momento, varias parejas bailan jotas delante de la patrona, una tradición ancestral a la que antes se unían los paloteos. Apareció esta Virgen en los prados de Arahuetes, junto a la carretera de Prádena a Sepúlveda. Pueden encontrarse bailando unas 60 parejas en esta Procesión de Arahuetes. En estas fiestas tiene lugar la Semana Cultural con diversas actividades.

Otras fiestas

Además de la Virgen de Arahuetes, en Santa Marta del Cerro se celebra a San Sebastián (el domingo más próximo al 20 de enero) y al Sagrado Corazón de Jesús (el último fin de semana de abril). Entre las mujeres siguen la tradición de celebrar Santa Águeda con misa y procesión. También San Isidro se celebra con misa, procesión y una comida para el pueblo. Y el 29 de julio se celebra Santa Marta.

Tradiciones:

Una tradición que se ha perdido el Día de la Ascensión y del Corpus se hacía la enramada a las mozas, los chicos del pueblo hacían unos ramos grandes con hojas de árboles y flores silvestres y los dejaban frente a la puerta de entrada de la casa de la chica, sobre el tejado. Y por la noche iban haciendo una ronda con la guitarra.

El Carnaval era una gran celebración que no ha perdurado tampoco; el lunes de Carnaval los mozos del pueblo recorrían la mojonera con un mojonero (hombre del pueblo que conocía donde estaban los mojones), y tenían que recorrer los 12 mojones del término municipal cogiendo una pequeña china en cada uno de ellos y llevarla al Ayuntamiento donde comprobaban que los mozos habían estado en todos y les daban vino en una celebración en la que también participaban las mujeres. Por la noche los hombres del pueblo cabeza de familia se juntaban a cenar en el Ayuntamiento. El martes se corría el gallo y la vaquilla con caballos y con mulos, siendo la vaquilla un quinto que corría por las calles con una cornamenta de vaca. Y se terminaba la celebración el miércoles con el entierro de la sardina.