PATRIMONIO
Caserío tradicional
El caserío de Valle de Tabladillo asciende por la ladera donde se levanta el pueblo formando estrechas callejuelas y rincones pintorescos. De hecho, arquitectónicamente lo más interesante de la población son sus casas tradicionales. Estas viviendas fueron construidas generalmente en dos plantas, la primera en piedra y la segunda con entramados de madera combinados con piedra o adobe. Abundan además las solanas de madera cubiertas con aleros prominentes. Llaman la atención las numerosas higueras que nacen por los rincones del pueblo con su agradable aroma.
Iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción
En la parte más baja de la población se alza la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, un edificio sólido pero de aspecto popular. Fue construida reaprovechando algunos fragmentos de la cornisa románica de la ermita de San Juan, en el despoblado de Pajares. En su interior se guarda una custodia de plata realizada en el año 1804 por el platero madrileño Antonio García Mascaraque.
En el despoblado de Pajares se encuentran las ruinas de la ermita románica de San Juan, algunas de cuyas piedras fueron aprovechadas para la construcción de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción.
MEDIO AMBIENTE
Valle de Tabladillo es un pequeño pueblo enclavado en uno de los parajes más bellos de la Comunidad de Villa y Tierra. Se ubica en una empinada ladera del profundo valle que excava el arroyo que nace en Castroserracín y que alimenta las aguas del Duratón.
Cerca del pueblo, en el fondo del valle, se pueden ver los espacios aprovechados por los vecinos para cultivar sus huertos y árboles frutales en el fondo del valle. Además, en el entorno de Valle de Tabladillo se puede pasear por parajes con curiosas formaciones rocosas. A la salida del pueblo, hacia Carrascal del Río, se encuentra «San Juan», una roca en la que crece un pequeño enebro. Más adelante hay otros peñascos conocidos como «El Pingocho«, «El Fraile» o «Las Monjas«, monolitos casi cilíndricos de buena altura y piedra caliza, que han sido formados por la erosión, durante siglos. También es interesante el barranco de «La Pecilga«, que se encuentra encima de «El Boquerón«, una alineación rocosa que forma un pequeño cañón.
En las laderas, se pueden contemplar las minas de yeso, que hoy nos muestran el preciado alabastro que en sus tiempos lo empleaban para hacer el puro y blanco yeso. Y donde los vecinos se aprovisionaban de lo que necesitaban.
Los páramos calizos del municipio de Valle de Tabladillo producen pastos de gran calidad, los cuales históricamente han sido aprovechados por ganado ovino de la raza churra, destinado a la producción de carne de calidad de corderos lechales.
En la ribera del Arroyo del Valle, se entrelazan una serie de caminos aptos para practicar senderismo y ciclismo, por los cuales se puede acceder a bellos paisajes y figuras de erosión de los fenómenos de la naturaleza, entre los que destacan:
El Pingocho de San Juan, con una altura de unos cuarenta metros, las tenadas al abrigo y un enebro en lo alto.
El Boquerón, cortando y adornando con una verde hiedra que protege un bello y fresco manantial que alimenta la fuente Santa situada en una hondonada a forma de cazoleta con el nombre de la Pecilga.
El Fraile, que da la impresión de ser una escultura hecha a propósito y mide unos 15 metros de altura, en el cual, muchos años albergaba una colmena, con rica miel. En la ladera del lado contrario tres monjas, dan la impresión que bajan por la pendiente ladera a rendirse con el confesor.
La peña del Obispo, donde con un poco de imaginación se puede reconocer por la mitra y la panza.
Frente al pueblo, en un descanso de la ladera hay un bello lugar llamado el Cotanillo, que es un púlpito aparente desde el que se contempla una bella panorámica de toda la ribera y el pueblo con los colores y aromas a tomillo, hierba y gran cantidad de frutales tales como perales, manzanos, ciruelos y abundantes nogales y choperas y se pueden observar diferentes aves.
ETNOGRAFÍA
Fiestas:
Fiestas de Ntra. Sra. de la Asunción. En verano, entorno al 15 de agosto, tienen lugar las celebraciones en honor a Nuestra Señora de la Asunción, a las que se suman la semana cultural que organiza la asociación La Olma, en la primera semana del mes. Allí tienen lugar conferencias, campeonatos y actuaciones, como las del grupo local de danzas Zaragüelles. A eso se suma la comida de hermandad que se celebra en el cercano paraje del Parque Natural de las Hoces del Duratón, junto a la ermita de San Frutos.
San Isidro Labrador. El 15 de mayo se festeja a San Isidro Labrador, patrón de los agricultores, con una misa.
Santa Águeda. Pero no sólo en verano hay fiestas. Como es habitual en los pueblos de la zona, las mujeres de Valle de Tabladillo celebran a Santa Águeda el fin de semana más próximo al 5 de febrero.
Fiestas de Inmaculada Concepción. El año acaba con otras fiestas, las de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre. Además de la misa y procesión, se celebran verbenas en la plaza del pueblo. Un mes antes de estas fiestas, cada segundo fin de semana de noviembre, los vecinos de Valle de Tabladillo han recuperado la tradición del “remate”, tras la procesión de la Virgen de los Remedios. Los dulces elaborados por los vecinos de la localidad son ofrecidos a la Virgen para su posterior subasta, con la que se obtiene dinero para ir reparando los desperfectos de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción.
Se dice que las fiestas de Valle de Tabladillo se celebraban en invierno a diferencia de las localidades vecinas porque si las celebraban en verano les robaban la fruta, y es que siempre ha sido una fértil zona cuyo principal recurso ha sido la fruta.