PATRIMONIO
Dentro del núcleo de Villaseca destaca la iglesia de Santo Tomás Apóstol, un templo de origen románico de cabecera rectangular y con canecillos lisos en su cornisa. En el primitivismo de su decoración escultórica y en sus proporciones se aprecia una relación con los maestros que levantaron la iglesia de San Frutos, consagrada en el año 1100. De la iglesia de Santo Tomás Apóstol cabe destacar su sencillo pórtico de entrada de dos arquivoltas y una ventana ciega a cada lado. Junto a la iglesia parte una pista de tierra que conduce hasta el priorato benedictino de San Frutos del Duratón, un templo que, aunque pertenece al término municipal de Carrascal del Río en la localidad de Burgomillodo, está muy cerca de Villaseca.
Por otro lado, el antiguo término de Villaseca es rico en manifestaciones arqueológicas. Junto al cauce del río Duratón se abre el eremitorio visigodo de la Cueva de los Siete Altares con pinturas rupestres, posiblemente el templo cristiano más antiguo de la provincia de Segovia. En la capilla interior hay varias hornacinas labradas en la roca, tres de ellas con forma de arco de herradura y decorados con rombos. Frente al Monasterio de la Hoz está la Solapa del Águila, una oquedad en la que se descubrió un importante conjunto de pinturas rupestres de la Edad del Bronce, y otras como son la Nogalera, de la Llave, Cuarcimalo, del Cura, del Polvo, del Santero, de la Solana, de la Parra blanca, etc. Muchas de ellas con pinturas rupestres de gran interés como las pinturas de Abrigo Remacha, tiene la peculiaridad de que es azul en lugar de roja como es lo habitual en este tipo de pinturas, gracias a un componente denominado ‐PARACOQUIMBITA‐.
En el despoblado de Molinilla se encuentra las ruinas de la ermita de la Virgen de La Calleja, cuya talla se llevaron a Sepúlveda y que actualmente se encuentra en Segovia.
En cuanto al patrimonio etnográfico en Villaseca perduran en buen estado varias Casillas de pastores cuya arquitectura de piedra seca es típica de la zona.
MEDIO AMBIENTE
Villaseca está situado en las parameras calizas del macizo calcáreo de Sepúlveda, en el corazón del Parque Natural de las Hoces del río Duratón. Desde el núcleo urbano de Villaseca en un camino de tierra localizado junto a su iglesia parte el único acceso autorizado con vehículos motorizados hasta la ermita de San Frutos. En el curso del río Duratón aparecen barrancos con cañones de más de 100 metros de profundidad, labrados en la piedra caliza por años de erosión, son el hogar de infinidad de especies animales, entre las que destaca una importante colonia de buitre leonado. Además, su gran diversidad de ambientes, que van desde el páramo a los bosques de ribera, permiten alojar una enorme variedad de flora. La especial protección con la que cuenta el Parque Natural de las Hoces del Duratón desde 1989, ha permitido el desarrollo sostenible de todos los municipios de su entorno, entre ellos el de Sepúlveda, conjugando la mejora de la calidad de vida de sus vecinos con la preservación del medio rural y asegurando los recursos naturales a las generaciones futuras.
Dentro del territorio de la localidad de Villaseca en las mismas hoces del río Duratón se puede practicar senderismo a través de Senda de la Molinilla.
De su paisaje destaca el bosque de ribera en las hoces del río Duratón y encinares, sabinares, pastizales y tierras de cultivo agrícolas en las zonas de páramo.
ETNOGRAFÍA
Fiestas
Una de las fiestas más atrayentes de todas las que se celebran en Villaseca es la de la procesión a la ermita de San Frutos, que se celebra cada 25 de octubre. Después de pasear al santo los vecinos se reúnen para disfrutar del almuerzo, que suele ser una caldereta o carne a la parrilla
Los últimos días de agosto también se celebran otras fiestas, en este caso en honor de Nuestra Señora de la Correa. Después de misa la imagen de la Patrona sale a las calles del pueblo llevada en andas por las mujeres de Villaseca, que además portan el estandarte y el pendón. Después de la procesión es costumbre realizar una puja para subir a la Virgen a su altar, un acto durante el que se bailan jotas en honor de la Patrona al ritmo de dulzainas y tambores.
En Villaseca también se celebra la festividad de Santo Tomás, el 21 de diciembre.
Tradiciones:
En Villaseca había una considerable tradición alfarera que se ha perdido.